Y descubro:
Un universo paralelo, que no apaga el sufrimiento,
Que no recubre lo incierto
Mientras se apaga en lamentos.
Lamentos esos, que son parte de mi espejo,
De mi reflejo en el cielo,
De mi mirada al silencio,
En el abismo donde me pierdo,
En el rincón de los recuerdos,
Donde recito palabras al viento
Y se devuelven en forma de lamentos.
Aun vibra, vibra el alma que llora desconsolada
Que busca una salida, en un mar de túneles que aun no asimila.
Y recae,
Por no haber más mundos dentro,
Por no reconocer su alma a escasos 2 metros,
Mientras vibra desesperada sin saber controlarse,
Sin medirse un instante de cíclicos husos horarios donde ya no hay ocaso,
Donde una mañana decidió cambiarlo y su reflejo reparó en aceptarlo
Para ser condescendiente,
Para acallar a la bestia renaciente o simplemente ignorarlo.
28-10-09
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