miércoles, 13 de enero de 2010

Revelación.

Transparente, filoso,
Robusto y cortado.
Un diamante de estados
Una suposición sin retratos.

Tranquilidad reflejada
En una diminuta vasija de hojalata,
Con pequeños agujeros dibujados como entradas
Que invitan a perderse ciegamente en sus entrañas.

Mientras olvido su mirada,
Su cálido suspiro de “Ya basta!”.

Arrojo una moneda al cielo de la nada
Y recibo una cascada de miradas,
Un susurro que no estaba,
Implícito en una lagrima de nostalgia.
Y me sublimo,
Para perderme en el destino,
En la razón de ser de uno mismo,
En una dirección sin caminos
Que no estaba registrada en los libretos destruidos de la obra de teatro de vida a la que estaba suscrita.
Y exploto, en un manantial de filosos diamantes,
En una abstracción que obliga al desastre,
Mientras me olvido de la vasija,
Donde la tranquilidad reflejada no era más que la mía
Y me revelo.


12-01-10

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