sábado, 13 de noviembre de 2010

Desequilibrio.

Cuando la luz de bengala ha llegado a su fin
Una historia de lo que pudo haber sido
Una razón sin comedias en un círculo unitario de altruismo.

Y decides doblegar tu partida
Escape necesario de la vida enfermiza
Acudes sin destino al olvidado mundo de sabotajes y más gritos.

Gritos de ausencia, doblegada necedad de alzar la voz para obtener un punto perdido
En un juicio sin juzgado absorbido por el día en que el verdugo se hizo cargo de su recinto
Exprimiendo todo lo que era y aun así no es más que un critico.

Critico de historias, observador arrogante de necesidades básicas impenetrables
Acusado de conspirar con el mundo ultrajante y sin embargo solo mantener un punto
Sin piedad ni contraparte.

Cierran la boca y aun gritos escuchas, lágrimas dispersas como si siguieran un patrón de caminos averiados por el dolor incrustado.
Gritas a tu entorno intentando recobrar el sentido de lo que pudo haber sido,
Cuando ves, la pequeña luz de bengala había llegado a su fin.
Destino siniestro, en la oscuridad de la nada que había absorbido su capacidad de brillo
Y ella solo mira asustada tapándose los oídos: “dejen de gritar” sollozaba.
Cuando no podía alzar la mirada, alguien tomo su brazo y señalaba
Nadie esta hablando- se le leía en los labios.

Los gritos nunca fueron reales,
Su mundo paralelo aumento la capacidad de invención soportable,
Gritos iban, gritos venían.
Solo pensamientos que bailaban un vals de la muerte,
Deseaban su acabo, deseaban su muerte
Y la ahogaban en llanto cuando la lógica la arropaba con su manto
Para perderla.

13-11-10

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