martes, 24 de febrero de 2009

Se Vende...

Hasta que finalmente se llegan a esos momentos en los que la razón es irracional y lo subjetivo se convierte en forma de vida.
He decidido hacer una limpieza de anaqueles de recuerdos,
Deshacerme de lo que no necesito,
Si has de interesarte, cuidado, no han de tener garantía.

Vendo mis manos, ya están fastidiadas de tanto hacer lo mismo.


Vendo las imágenes recolectadas por tanto tiempo, algunas hermosas, algunas que no recuerdo, algunas son solo un manchón, otras solo un destello de algo que fue o que mi memoria dibujo para mi, otras de las miradas, de los reproches de los gestos y manías.

Vendo mi galería de sonido, posee grabación de tu voz, de tus ruidos, de la lluvia más hermosa que jamás escuche, de los primeros te quiero, de los terceros adiós, de los regaños recibidos, de mis lamentos de olvido, y de las canciones que me hacían vibrar.

Vendo mis sensaciones, esas que sentí solo para mi, cuando aprendí a querer, cuando sentí el dolor, cuando la soledad embargo mi vida y la oscuridad lo cubrió todo en un manto de miedo, así aprendí a sentirlo, y sentí al tocarte, y sentí que respiraba y mi corazón latía, cuando lo aprendí a escuchar, cuando lo saboree y me empalago.

Vendo la adrenalina, el dolor y la tristeza que sentí cuando casi se nos apago la vida.

Vendo las llaves de los laberintos oscuros y solitarios de mi mente, donde todos estos anaqueles de sentir, de imágenes y sonidos están celosamente guardados, las vendo todas ellas, excepto una, la que abre el centro, la ultima puerta.
No la vendo porque jamás la conseguí, creo que olvide fabricarla, o donde la escondí. No recuerdo cómo es que jamás llegue a ella, desconozco ese lugar, pero algo me ha dicho que es donde se encuentra la respuesta de todo.

Vendo mi alma porque con ella viví…

Vendo mis ojos porque con ellos mire…

Vendo mi cabello porque ya no lo necesito…

No vendo mi corazón porque no se estafar, se que está ahí, pero no sé si funciona, para evitar demandas mejor dejarlo en el lugar de las cosas inservibles, junto con mis labios, y mi nariz, porque son despreciables, y no fui digna de ellos.

Se vende igualmente una esencia, pero no se cuanto podría cobrar por eso. Ya que está impregnada en todo lo ofertado y no sé cómo desprenderlo.

Creo que eso sería todo, una oferta justa, de lo que ya no necesito. He de aceptar sugerencias para los precios…ya cuando reciba el dinero solo seré un recuerdo.

24-02-09

5 comentarios:

Pablo Villanueva H. dijo...

Yo compraría tu talento

Gabriela Parra dijo...

Talento dice?, desconozco si lo poseo...

Napoleón dijo...

vendes talento artistico?

Gabriela Parra dijo...

Pues no se si lo poseo...de tenerlo si, supongo que lo venderia.

Saludos!

MoiZés AZÄÑA dijo...

Qué clase de recuerdo llegarías a ser... Y cuándo dejes de ser ese retazo de memoria, ni átomo ni molécula ni cenizas de materia serás.